Sector Pecuario



 Transferencia de Embriones


 La transferencia de embriones es una técnica para el mejoramiento genético del ganado que actualmente está siendo muy difundida en nuestro país, debido a los buenos resultados obtenidos. En un material realizado en la Granja Guarapí de Yaguarón, el Dr. José Frutos nos explicó cómo se realiza el trabajo y su importancia para el mejoramiento tanto del ganado lechero como del de carne.

En condiciones normales, cada vaca produce una sola cría al año, lo cual significa que cuando mucho producirá de 6 a 8 terneros en su vida. A través de la inseminación artificial, se pueden obtener innumerables crías de un toro. Con la transferencia de embriones, se ha llegado a obtener más de cien crías de una vaca durante su vida productiva, lo cual facilita el mejoramiento genético, con el consecuente incremento de la producción de carne y/o leche.




La Inseminación Artificial.

      Dentro de la agricultura actual de carácter intensivo, basada en los abonos sintéticos, la importación de semillas y el uso indiscriminado de plaguicidas, hallamos la ganadería intensiva, en la que se cría a los animales en espacios reducidos, sobrealimentándolos a través de piensos concentrados y sometiéndolos a una medicación intensiva tanto de carácter preventivo como sintomático. 

    En este marco, la selección genética tradicional a base de cruzamientos entre distintas razas de una misma especie ha sido transformada enormemente en los últimos decenios por las técnicas de inseminación artificial, que hacen innecesario el apareamiento sexual y consisten en la eyaculación artificial del esperma de un semental y su posterior pipeteado en hembras con capacidad gestante. 
                   
  Un buen semental, escogido en función de sus cualidades, puede proporcionar hasta 40.000 cargas de semen por año; y como el esperma se congela y puede trasladarse incluso internacionalmente, cualquier campesino tiene hoy la oportunidad de «mejorar» genéticamente su ganado por muy aislado que se halle. En algunos países de la Comunidad Económica Europea, existen no más de 5.000 sementales de vacuno, frente a unos cinco millones de vacas.